Por Edith Bracho-Sánchez, MD, FAAP
¿Alguna vez se preguntó por qué los bebés reciben vacunas desde el día en que nacen? Hay una gran razón: los más pequeños son los que más están en riesgo de enfermarse. También es el momento en el desarrollo del niño en que su sistema inmunitario aprende mejor de la vacuna.
La vacunación infantil ayuda a proporcionar inmunidad antes de que los niños estén expuestos a gérmenes que pueden enfermarlos. Podemos prevenir enfermedades potencialmente mortales con vacunas. Es por eso que la mayoría de las vacunas infantiles están recomendadas para los primeros 12 a 18 meses de vida del bebé.
¿Cuántas enfermedades aprende a resistir el sistema inmunitario de un niño cuando llega al jardín de infancia?
Cuando un niño tiene la edad suficiente para comenzar la escuela, su sistema inmunitario estará equipado para protegerlo contra 16 enfermedades. Desde el nacimiento hasta los 6 años, los bebés y los niños reciben vacunas contra hepatitis B, virus respiratorio sincitial (VRS), rotavirus, difteria, tétanos, tosferina, Haemophilus influenzae tipo b, polio, enfermedad neumocócica, COVID, gripe (influenza), sarampión, paperas, rubéola, varicela y hepatitis A.Calendario de vacunación para bebés y niños pequeños
El
calendario de vacunación recomendado de la
American Academy of Pediatrics (AAP) se basa en la revisión continua de los datos científicos más recientes para cada una de las vacunas recomendadas. Para ser incluidas en el calendario de la AAP, las vacunas deben estar autorizadas para su uso en los Estados Unidos.
Su pediatra lleva un registro de las vacunas de su hijo. Se asegura de que esté protegido en el momento oportuno. También puede informarle cuándo programar la siguiente dosis si su hijo está atrasado.
Las primeras vacunas del bebé
La vacuna contra la
hepatitis B es la primera vacuna que reciben la mayoría de los bebés. Se da dentro de un plazo de 24 horas desde el nacimiento. Su bebé recibirá la segunda dosis de la vacuna contra la hepatitis B cuando tenga 1 o 2 meses y la tercera dosis cuando tenga entre 6 y 18 meses.
¿Por qué administramos la primera dosis tan rápido? Más de 1 millón de personas en EE. UU. tienen infecciones por hepatitis B a largo plazo. Y las personas que contraen hepatitis B de bebés tienen un 90 % de probabilidades de desarrollar afecciones crónicas graves en su vida, como por ejemplo cáncer de hígado. Las personas pueden no saber que están infectadas. Pueden contagiar el virus al bebé si entran en contacto cercano con él. La vacuna es una forma muy eficaz de garantizar que su bebé evitará esta grave infección.
El virus respiratorio sincitial (VRS) suele ser común entre finales de otoño y principios de primavera. Este virus es la principal causa de hospitalización en bebés. Actualmente existen dos vacunas para bebés y algunos niños pequeños. Una es la vacuna contra el VRS, que se administra durante el embarazo. Puede recibirla entre las semanas 32 y 36 de embarazo y si espera a su bebé durante la temporada de VRS.
La otra opción es una vacuna contra el VRS para bebés.
Aprenda más aquí.
A los 2 meses de edad
Las primeras dosis de las vacunas que se dan a los dos meses de edad protegen a los bebés de siete enfermedades. Sus nombres pueden parecer una mezcla de letras del alfabeto. Pero las letras representan las enfermedades que causan infecciones graves en los niños.
La vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina (DTaP)

Los niños reciben cinco dosis de la vacuna DTaP. La vacuna previene tres enfermedades graves:
La difteria: es una infección grave de la garganta que puede provocar problemas respiratorios e insuficiencia cardíaca. Antes de la vacuna, la difteria mataba a una quinta parte de los niños que la contraían.
El tétanos: es una bacteria mortal que vive en la tierra y que se encuentra en todo el mundo. Puede ingresar al cuerpo por un clavo oxidado o cualquier tipo de herida en la piel. El tétanos también se llama "trismo" porque uno de los signos más comunes de infección es el endurecimiento del músculo de la mandíbula.
La tosferina: también llamada "tos convulsa", causa ataques violentos de tos que dificultan la respiración. Los bebés con tosferina podrían necesitar atención hospitalaria y corren riesgo de muerte. Con frecuencia, el bebé se contagia tosferina de un adulto o hermano que no sabe que la tiene.
La vacuna contra el Haemophilus influenzae tipo b (Hib) (3 o 4 dosis) previene varios tipos de enfermedades como infecciones de oído, infección pulmonar, hinchazón en la garganta e hinchazón en el revestimiento del cerebro y la médula espinal (meningitis). Las infecciones pueden poner en peligro la vida. Si un bebé no ha sido vacunado y tiene síntomas de meningitis, es posible que deba recibir una punción lumbar para detectar la bacteria en el líquido cefalorraquídeo.
La vacuna antipoliomielítica (4 dosis) previene una enfermedad que causa la muerte y parálisis. El virus de la polio todavía causa brotes fuera de los Estados Unidos, por lo que los niños sin vacunar están en riesgo.
La vacuna antineumocócica (4 dosis) previene la enfermedad causada por bacterias llamadas
Streptococcus pneumoniae. Cuando estas bacterias invaden los pulmones, causan neumonía. Cuando invaden el torrente sanguíneo, pueden causar una infección devastadora llamada sepsis. Cuando invaden el tejido alrededor del cerebro, causan meningitis. También pueden causar infecciones de oído, que la mayoría de los padres saben que pueden ser dolorosas y ocurrir frequentemente. Desde que administramos esta vacuna, la cantidad de niños que desarrollan todas estas enfermedades ha disminuido drásticamente.
La vacuna contra el rotavirus (2 o 3 dosis) previene la principal causa de diarrea en los niños. Este virus se propaga muy fácilmente: a través de las manos, de los pañales o juguetes sucios y a través del aire. Las infecciones de rotavirus causan diarrea acuosa intensa, vómitos, fiebre y dolor abdominal. A veces el virus hace que los niños se deshidraten tanto que necesitan ser hospitalizados.
A los 6 meses de edad
La AAP recomienda la vacuna contra el COVID-19 para todos los niños pequeños de 6 a 23 meses. Los niños menores de 2 años tienen mayor riesgo de desarrollar COVID-19 grave y ser hospitalizados. Después de esa edad, recomienda la vacuna para niños y adolescentes con factores de riesgo de COVID. La vacuna también debería estar disponible para niños de 2 a 18 años que no se encuentren en estos grupos de riesgo, pero cuyos padres desean que reciban la protección de la vacuna contra el COVID-19. Obtenga más información aquí.
La vacuna contra la
gripe está recomendada para todas las personas a partir de los 6 meses de edad, con raras excepciones. La primera vez que su hijo reciba la vacuna contra la gripe y si el niño es menor de 9 años, también necesitará una segunda dosis cuatro semanas después. Incluso los niños sanos pueden desarrollar complicaciones graves de la gripe que requieran hospitalización. Los virus de la gripe cambian de un año a otro, por lo que todos deben vacunarse contra la gripe cada año. Las vacunas anuales contra la gripe previenen que los niños se enfermen gravemente.
De los 12 a los 18 meses de edad:
En el
chequeo del primer año de su hijo (o poco después), se le administrarán vacunas para protegerlo de otras cinco enfermedades. También puede recibir la segunda, tercera o cuarta dosis de las vacunas que comenzó durante su primer año.
La vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR)
Los niños reciben dos dosis de la vacuna MMR. La mayoría de las personas que se vacunan con la MMR estarán protegidos de por vida. La vacuna previene tres enfermedades graves:
El
sarampión puede causar fiebre, tos, secreciones nasales y conjuntivitis. Puede causar convulsiones (a menudo asociadas con la fiebre), infecciones de oído, diarrea y neumonía. Rara vez, el sarampión puede causar daño cerebral o la muerte.
Las
paperas pueden causar fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, pérdida de apetito y fatiga. Pueden provocar sordera, hinchazón de la membrana que recubre el cerebro o la médula espinal, hinchazón dolorosa de los testículos o los ovarios y, en muy pocas ocasiones, la muerte.
La
rubéola puede causar fiebre, algunas veces sarpullido y ganglios linfáticos inflamados. Una embarazada que contrae rubéola podría tener un aborto espontáneo o el bebé podría tener defectos congénitos graves.
La vacuna contra la varicela (dos dosis) previene la varicela, que solía infectar a 4 millones de personas en los Estados Unidos cada año. De esas personas, más de 10,000 eran hospitalizadas y más de 100 morían. Un caso leve puede hacer que un niño falte a la escuela por una semana o más. Por lo general, la vacuna MMR y la vacuna contra la varicela se administran por separado para la primera dosis. La vacuna MMRV puede usarse para la primera dosis si los padres expresan una preferencia.
La vacuna contra la hepatitis A (dos dosis administradas con seis meses de diferencia) proporciona protección contra una enfermedad grave del hígado para toda la vida. La enfermedad puede diseminarse por agua o alimentos contaminados, o por contacto directo con una persona infectada, incluso alguien que no presente ningún síntoma.
Dato curioso: ¡las vacunas protegen a los bebés antes de nacer!
Es verdad. Los bebés obtienen anticuerpos durante el embarazo por algunas vacunas que sus madres recibieron. Por ejemplo, el bebé está protegido por un tiempo breve después de nacer si su madre recibió la vacuna para el sarampión.
Sin embargo, la protección que las madres dan a sus bebés durante el embarazo comienza a desaparecer en el primer año de vida. Por eso, cuando los bebés tienen de 12 a 18 meses de edad, reciben una vacuna para mantener a su sistema inmunitario protegido del sarampión.
Aprenda más sobre las vacunas para bebés durante un brote de sarampión aquí.
Recuerde
Sabemos, gracias a décadas de investigación, que las vacunas funcionan mejor a estas edades y con este intervalo entre dosis. Este ritmo tiene un propósito: mantener a su hijo sano y activo. También ayuda a mantener sanos a los demás al prevenir brotes en la guardería, el preescolar y la escuela.
Pregunte a su pediatra si su hijo está al día con sus vacunas de rutina. Al seguir el calendario, los niños desarrollan una inmunidad duradera y protegen a los demás de enfermedades graves. Si tiene alguna pregunta o inquietud, consulte con su pediatra. Estamos aquí para ayudarle a mantenerse sano y prosperar.
Más información
Acerca de la Dra. Bracho-Sánchez
Edith Bracho-Sánchez, MD, FAAP,es pediatra de atención primaria y directora del programa de telemedicina pediátrica del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia. Nació y creció en Caracas, Venezuela, obtuvo su título de médica en la Universidad de Nueva York y se formó en pediatría en el Hospital Infantil de Filadelfia. La Dra. Bracho-Sánchez es presentadora del podcast Healthy Children de la AAP, vive en la ciudad de Nueva York con su esposo y su hijo. Sígala en X
@DoctoraEdith.